1. No disfrutan sacándote los dientes.
Deja atrás las leyendas urbanas, los dentistas no disfrutan sacándote los dientes. Años de licenciatura y especialización… ¿para realizar exodoncias? ¡Para nada!
Esta claro que no todos tienen las mismas ideas ni procedimientos, pero si se hicieron odontólogos fue para arreglar tu boca, no para destrozarla.
2. Lávate los dientes antes de la consulta.
La higiene bucodental siempre es imprescindible si quieres cuidar de la salud de tus dientes pero si además, no quieres pasar un poco de vergüenza en la consulta… ¡lávate los dientes antes de ir!
Y es que es cierto que los dentistas pueden descubrir lo que has comido si no te has cepillado los dientes después de la última comida… ¡Y no! No tienen magia ni nada jeje. Sencillamente, entre tus dientes se quedan residuos en cada comida. 😉
3. No son villanos. 😈
Jack el Destripador no ha vuelto. Recuerda el primer punto, no disfrutan haciéndote pasar un mal rato, ni sueñan con practicar las ,inexplicablemente, tan temidas, exodoncias.
Los odontólogos siempre buscarán el tratamiento más adecuado y por supuesto, con los procedimientos más idóneos. Y si lo requieren, utilizarán la anestesia necesaria, pero él que todos los tratamientos dentales sean dolorosos también es una gran leyenda urbana.
Relájate durante la consulta, solo intentan cuidar de tu salud y mejor tu sonrisa.
4. No hacen Milagros.
Los odontólogos son eso, odontólogos, ni magos, ni superhéroes, ni villanos. Diseñan sonrisas pero no pueden conseguirte exactamente la de esa actriz que te encanta o la de esa vecina que la tiene maravillosa.
Un buen odontólogo diseñara tu sonrisa acorde a la fisiología de tu cara pero sobre todo en base a las condiciones de tu boca. Todos no tenemos la boca del mismo tamaño, ni mucho menos presentamos los mismos dientes.
¡No pidas milagros!
5. Tu actitud siempre es importante, pero sobre todo si vas con tu hijo.
Una buena actitud será el mejor ingrediente para que disfrutes de la espera y de la consulta, pero sobre todo si vas con tu hijo.
Ofrécele la oportunidad de crear su propia experiencia y una buena relación con el cuidado de su boca.
Igualmente, un buen odontólogo explicará todos los procedimientos para generar un buen ambiente para tu pequeño.
¡Esfuérzate tú también!
Y ahora…
¿Estás preparado para disfrutar de tu velada con el dentista?